Centrados en el cliente.
La excesiva atención en la tecnología puede derivar en una pérdida de foco en lo que verdaderamente importa cuando definimos un producto: el cliente.
Nuestro método arranca con un análisis de la necesidad del mercado y su demanda hacia productos equivalentes, para afrontar una revisión de la funcionalidad deseada por los clientes potenciales del producto.
Son muchas las empresas cuyos productos están centrados en una innovación tecnológica que no se justifica en la demanda de sus clientes, a los que se intenta convencer de una necesidad que no tienen.
En Krashlando recuperamos elementos básicos como el análisis del mercado y la demanda del cliente para poner en cuestión todas las funcionalidades del producto y dar lugar a un roadmap de evolución o redefinición.
De barro hasta las orejas.
Nuestros clientes dicen de nosotros que "bajamos al barro". Y es que sólo así es posible entender las dinámicas operativas existentes en una compañía, una tarea imprescindible para poder articular cambios eficaces.
Es ésta nuestra principal diferenciación.
En contra de los métodos de otras empresas de consultoría, en Krashlando pasamos "de la poesía a las matemáticas" para demostrar que las cosas pueden cambiar no sólo en el papel sino también en la realidad. Y ahí nuestro compromiso es tan alto y estamos tan seguros de nuestro trabajo que su ejecución trabajamos a éxito.
Éxito garantizado en 5 pasos.
En Krashlando no nos quedamos en el análisis sino que enseguida derivamos hacia fases operativas que ayudan a que nuestros clientes profundicen en el cambio y lo ejecuten con éxito.
En primer lugar, analizamos el mercado y segmentamos el público objetivo para entender la oportunidad y la fuerza que tienen nuestros competidores.
Entendido el contexto en el que nos movemos, entramos en las segunda y tercera fases para revisar la funcionalidad conforme a esa demanda del mercado y a las fortalezas que nos ayuden a diferenciarnos de la competencia.
En definitiva, en Krashlando trabajamos con un método eminentemente práctico que acompaña al cliente en su transformación garantizando el éxito del cambio planteado.
Ya tenemos el producto redefinido conforme a la necesidad, y es momento de lanzarlo al mercado y ver qué tal responde. Las fases cuarta y quinta trabajan planos como los canales de venta, la comunicación, los incentivos comerciales o los KPIs de seguimiento comercial.
Matriz de necesidades.
Uno de las herramientas que mejor nos funcionan en las fases iniciales de creación o redefinición de un producto es la matriz de necesidades, que ayuda a revisar la funcionalidad del producto existente o en desarrollo.
Por un lado, la matriz de necesidades nos va a permitir cruzar la necesidad del mercado con la tecnología utilizada en el producto, reforzando la funcionalidad que es demandada y eliminando elementos irrelevantes para nuestro público objetivo.
En un segundo plano, nor permite elaborar un mapa de calor con respecto a nuestra competencia para ver dónde existe mayor confluencia de alternativas y dónde nuestra diferenciación, y por tanto la oportunidad, es mayor.
Especificación & roadmap.
Entendido el mercado en el que nos moveremos, es el momento de crear las especificaciones funcionales del producto y el roadmap de producto.
En Krashlando estructuramos este proceso en la escritura ordenada de una especificación funcional al alcance de todos: los decisores y los desarrolladores. Para que nadie se pierda.
Y si el proceso lo requiere, buscamos el partner más adecuado para que lo ejecute o acompañe al equipo de desarrollo interno incorporando las mejores prácticas que garanticen el éxito en el resultado.
La matriz de necesidades facilitará la identificación de los distintos entregables del producto, sus versiones, sus prioridades, sus partes: un roadmap que servirá de guía no sólo para los desarrolladores, sino también para el equipo comercial que a partir de este momento adquiere protagonismo.